Zamora es una tierra de viñedos
antiguos, donde el vino forma
parte de su historia y de su cultura
más esencial, que impregna paisajes,
construcciones y arte. Y hasta
la lengua se muestra plena de referencias,
refranes y alusiones al
vino en la vida cotidiana.
Pero es que no son una ni dos,
son cuatro las zonas vinícolas que
tiene esta provincia, y cada una
ofrece vinos diferentes y muy propios.
Aunque tres de estas denominaciones
se asientan casi a
orillas del río Duero, todas ellas
ofrecen una gran diversidad de
suelos -incluso de clima, en el
caso de las terrazas de los Arribes- y
por tanto de variedades de uva.
Una riqueza.